Arte Africano

En el continente africano conviven climas muy diversos, a veces en condiciones extremas, desde los desiertos del Sahara, al norte, y del Kalahari, al sur, hasta las regiones ecuatoriales, muy cálidas y húmedas. Estas condiciones climáticas, unidas a la diversidad geológica de Africa, favorecen la aparición de múltiples agrupaciones humanas. Ante la imposibilidad de analizar la cultura y el arte de todas esas etnias, se presentará primeramente "De la Prehistoria al arte Nok" y después las manifestaciones más destacadas atendiendo a la distribución geográfica. El arte africano, pese a su variedad, permite detectar unas características comunes. Es un arte con sentido religioso, que pretende calmar o adorar a los infinitos espíritus que determinan la vida africana. Es, por todo ello, un arte guiado por un fin utilitario, que sirve de modo eficaz al individuo y a la comunidad. Dominado por un mundo lleno de símbolos, emplea con preferencia colores como el rojo -que significa vida, alegría, fecundidad-, el blanco -símbolo de la vida eterna- y el negro, que representa la oscuridad de los no iniciados.


DE LA PREHISTORIA AL ARTE NOK

Las pinturas rupestres del neolítico se concentran en los extremos del continente. En el Sahara aparecen los yacimientos de Tassili, hacia 5400 a.c. (véase ARTE PRIMITIVO); en Sudáfrica se encuentran pinturas más modernas (3000 a.c.- 1500 a.c.) realizadas por los bosquimanos. Las esculturas africanas más antiguas, tras las egipcias, son las nigerianas, en el poblado de Nok, donde ya se realizan obras interesantes, como los bustos. El arte escultórico comienza hacia el año 500 a.c. y parece terminar nueve siglos más tarde. Sin embargo, su influencia resurge en Ifé, la capital más antigua de la etnia Yoruba, que alcanzó un arte asombrosamente naturalista, manifestado en diversos bustos ifé.

 
Busto Nok

Ya se observa la tendencia a la simplificación que caracteriza gran parte de la escultura negro-africana. Grandes ojos expresivos, cejas arqueadas y formas suaves y redondeadas.


AFRICA OCCIDENTAL

En la actualidad comprende los países de Senegal, Guinea-Bissau, Guinea-Conakry, Sierra Leona, Liberia y Costa de Marfil. Excepto en Senegal, se mantiene el modelo de tribu, en gran parte debido a la fuerte resistencia a la penetración del Islam. Este aislamiento favorece un arte muy personal. En Guinea-Bissau viven los bidyogo, con un arte muy parecido al de sus vecinos, los baga. Realizan grandes máscaras, a medio camino entre el naturalismo y la abstracción.

 Los nalu, que proceden del alto Níger, están dominados por la secta secreta Simo, que controla la vida social y religiosa. La obra más importante es la máscara Banda, que puede alcanzar más de 2 ms. Está decorada con motivos de diferentes animales, (dientes de cocodrilo por ejemplo). Creadas para sembrar el terror entre los no iniciados, representan el espíritu de las aguas, llamado también Banda. 

Los baga habitan Guinea-Conakry, se trata de una tribu numéricamente pequeña en el conjunto de Africa, pero que realiza una inmensa cantidad de máscaras, empleadas para favorecer las cosechas. También manufacturan máscaras bandas. A principios del siglo XVIII, la reina de los baulé y su pueblo abandonan la Confederación Ashanti y se trasladan a Costa de Marfil. Al igual que los ashanti, son excelentes orfebres, pero no dominaban la talla de madera, oficio que aprenden de los guró. Su arte sorprende por el refinamiento y delicadeza, con un acabado muy pulido; todas estas características han hecho que sea muy apreciado en Occidente. La estatuaria esculpe figuras de antepasados, a las que se cuida como si fueran el difunto. Cuando representa la figura humana conserva esa solemne belleza, como se aprecia en la máscara de hombre y mujer.


 
Máscara baulé

A la derecha, la figura femenina, y a la izquierda, la masculina. Tendencia a la geometría: rostro ovoide, peinado triangular, predominio de la curva en ojos y cejas.


GOLFO DE GUINEA Y NIGERIA

Es el territorio de mayor contacto con el exterior. A finales del siglo XV d.c. llegan los marineros portugueses a Ghana. Comienza así un intenso comercio de oro y de esclavos que perdura hasta el siglo pasado. Algunos jefes o reyezuelos africanos se aprovecharon de ese mercado esclavista. Se forman algunos pequeños estados, como Benín, Fon, Akan o Yoruba, que favorecen la creación de un arte cortesano, paralelo a la tradición popular. En Ghana destacan los ashanti. En el siglo XVIII d.c. Osei Tutu (1695-1731) funda la Confederación Ashanti, con capital en Kumasi, que se mantuvo hasta finales de ese mismo siglo. Practican el arte cortesano, que emplea el oro en joyas y armas, especialmente en cascos. Sorprende en esta cultura la total ausencia de máscaras. 

En Nigeria, los yoruba, procedentes del lago Chad, crearon un centro de poder fuerte, que también alterna arte cortesano y popular. Su arte hereda los rasgos de Benin. En los siglos XIII-XX d.c. de nuevo hallamos un interesante arte cortesano, que domina la fundición del bronce. En época tan temprana como el siglo XV d.c. entran en contacto con los portugueses, quienes describen la capital como un recinto rodeado por murallas de 3 m. de altura y lujosas viviendas en su interior. La época de esplendor artístico transcurre entre los siglos XIV y XV d.c. fruto de la cual son las magníficas cabezas de Ora. Al sur de Nigeria, en el curso inferior del río Níger, habitan una serie de pueblos interesantes: Ibo, Ibibio o Ekoi. 

Los ibo son pescadores que viven en el delta del Níger. En esta etnia el color blanco -a diferencia de la mentalidad occidental- es símbolo de la muerte, porque representa, en realidad, la pureza de una nueva vida espiritual. En consecuencia, máscaras y figuras de antepasados suelen aparecer con rostros demacrados.


 
Casco Ashanti
(siglo XVIII d.c.)


Está elaborado en piel, sobre la que se aplican adornos de oro y plata, con formas vegetales naturalistas. En él se une el refinamiento del arte cortesano con el empleo de metales preciosos, tan abundantes en la zona.



Máscara ibo

Se emplea en ceremonias funerarias. Representa el espíritu femenino, sobre todo de jóvenes esposas muertas. Son muy características la frente ancha y los ojos achinados.


AFRICA CENTRAL

Los reinos más poderosos fueron los de Congo y Loango, en la desembocadura del Zaire, y los Kuba, Luba y Lunda-Tchokne, en el sudeste. Son características sus casas rectangulares, de techo piramidal. Entre las obras lubas se destacan los apoyacabezas. Los que hoy se conservan son modernos, de principios del siglo XX d.c. Un mismo sentido estético anima a los artistas, por lo que es difícil distinguir entre arte cortesano y popular.


 
Apoyacabezas

El arte luba domina las formas suaves y redondeadas. Llevan estas formas el típico peinado hacia atrás, en cascada. Las figuras femeninas, sentadas en un pedestal, están abrazadas para soportar mejor el peso de la cabeza.



AFRICA ORIENTAL Y AUSTRAL

De norte a sur, este inmenso territorio comprende los países de Sudán, Etiopía, Somalia, Kenya, Tanzania, Malawi, Mozambique y la República de Sudán, además de la gran isla de Madagascar. En la frontera entre Mozambique y Tanzania viven los Makonde, voluntariamente aislados del exterior, lo que ha permitido un arte que evoluciona de forma personal. Tienen una sociedad fuertemente matriarcal, que llega a convertir en mito a la mujer. De hecho, según la mitología makonde, primero fue la mujer, y de ella surgió algo parecido: el hombre. Trabajan con preferencia el ébano, en lo que destaca el modelo llamado "Ujamaa", una columna que tiene multitud de figuras en diferentes actitudes representativas de la genealogía de la tribu. En la isla de Madagascar -donde se mezclan etnias indonesias, árabes y negras-, sobresalen estructuras funerarias, como los postes conmemorativos.

 
 
Ujamaa

La forma del tronco del árbol, normalmente retorcida, facilita estas extrañas composiciones.
 
 


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